Facundo Nº 1 (Agosto 2010)


Editorial

  Había dos hombres y dos mujeres esperando en el andén ese de la Interminal. El ómnibus se
aproximaba con una velocidad que hacía juego
con la hora: como somnoliento. Finalmente,
llegó y se detuvo. Bajaban los pasajeros,
mientras los cuatro los observaban tratando de
reconocer a quien, evidentemente, estaban esperando. Fue el último. Como saludo, solamente sonrió. Los otros lo rodearon.
  -Le pusimos su nombre a la revista, Faquito -dijo el más ansioso.
  Otra vez el viajero se limitó a sonreír como respuesta.
 -Hacía falta una revista. La gente habla por ahí, por los bares, sin que se la escuche. Sólo tienen prensa los que están agarrados institucionalmente.
 -La ciudad estaba saliendo del agujero, pero.
 Todos hablaban a la vez, pese al gusto a sueño. Era raro: se interrumpían, pero lentamente, como ocurre, precisamente, en un sueño. El recién llegado, agitando levemente su valija mientras la sostenía -había viajado con ella; era muy liviana-, ya no los oía, al parecer: miraba
hacia el Este, por donde el sol estaba saliendo. Muchas cuadras más allá estaba la plaza Pringles y el lugar donde había tenido su casa. Y unas cuadras después el centro, que
seguramente ahora no podría reconocer, y el río amado. Los otros, viendo que no los escuchaba, se callaron. El continuó, como sumergiéndose en el este, su contemplación. Finalmente, se volvió hacia ellos:
  -La ciudad tiene nuevas muchachas y nuevos poetas; nadie ha perdido nada -dijo-. Me voy a ver al Hombre que me Odia, hace mucho que no lo veo. Si me precisan, ya saben.
  Y se alejó, tras encender un cigarrillo, por el medio de la Interminal, indiferente a las prohibiciones.








 LOS POETAS DE LA PLATA


Néstor Mux, el irascible

Mux nació en La Plata en 1945, donde hoy por hoy es el centro de un pequeño grupo de poetas que lo admiran y quieren. Esa proximidad y ese cariño tal vez fue lo que le hizo retomar la escritura poética, que había abandonado durante una década:fue cuando conoció a José María Pallaoro, una especie de mecenas de los poetas platenses. Mux es sencillo y cordial, sin ínfulas; lo cual, de alguna manera, se refleja en sus poemas. Libros publicados: La Patria y el Invierno (1965); Nosotros en la Tierra (1968); Como quiera que sea (1978); Perros Atados (1982); Poemas (1985); Poesía Reunida (incluye Cosas que nos rodean, de 1986), 2000; Papeles a Consideración (2004) y la antología Disculpas
del Irascible (2009).






PERROS ATADOS

Es posible que ese perro atado ladre
a estrellas que lo aturden con señales
o aúlle a quienes lo dejaron vigilando,
para nadie, una casa abandonada.

Los vecinos se quejan porque no pueden dormir,
escuchar la radio o lustrar sus automóviles.

Mientras tanto yo le adivino colmillos azules
como el amor o la muerte y lo imagino altivo
como algunos hombres o como muchos perros.

Porque su sonido tiene algo de delicada insensatez
o de agonía, y ese sonido me acompaña y me persigue.
Porque su ladrido se impone por sobre las voces
desafinadas y rancias de la gente
mezcladas como al fondo de una olla.

Y porque es posible que yo esté atado también,
pero sin su convicción para ladrar y aullar
ahora que siento finalmente que me han dejado solo
vigilando una luz casi deshabitada.



TELÉFONO ENTRE NOSOTROS

A pesar de su familiaridad inofensiva
el sonido nos cubre, a diario,
de una tensión extrema.

Pero sólo es la impunidad
del amo que enumera las instrucciones,
el familiar que participa los detalles
de la dolencia más reciente
o la agencia de turismo que asegura
favorecernos con tarifas preferenciales.

¿Cuándo la noticia de la gran catástrofe
que íntimamente aguardamos?
¿Cuándo la voz más querida
entre todas las voces?





César Cantoni


 Nació en La Plata en 1951. Cantoni es un tímido, un poeta que habla poco y de quien mucho tiempo más tarde de haberlo entrevistado, nos enteramos que había sido jugador profesional de fútbol. En cuanto a su labor poética, reconoce que contiene ciertos elementos elegíacos. Pero más interesante es la actitud que Cantoni asume frente a su obra: "Yo trato de ser fiel conmigo mismo, aunque de antemano sé quiénes van a ser mis lectores: mis colegas, los otros poetas". En su opinión, se encuentra fuera del canon, que arma Buenos Aires.
Libros publicados: Confluencias (1978); Los días habitados (1982); Linaje Humano (1984); La experiencia concreta (1990); Continuidad de la noche (1993); Cuaderno de Fin de Siglo (1996); Triunfo de lo Real (2001) y La Salud de los
Condenados (2004).









TRAICIONÉ A MIS PADRES


Traicioné a mis padres: no acaté su legado
ni recorrí el camino trazado por su índice.
Defraudé a la ciudad: no tuve oficio ni empleo
y mi voto sólo llevó inquietud a los burgueses.
Menosprecié a los dioses: no veneré sus máscaras
ni me hinqué ante sus nuncios terrenales.
Desoí a la razón: cuando hube de callar, solté la lengua;
cuando hube de ser cauto, puse el dedo en la llaga.
A una edad en que ya debería preparar mi alma,
alivianarla para su despegue,
no puedo hablar siquiera de arrepentimiento.
Condenado por todos los discursos,
sigo escuchando la impenitente voz de la poesía,
su incitación a la desobediencia.




POÉTICA DE LA BASURA

Todas las noches junto la basura,
la saco a la calle en una bolsa
y regreso a la casa.

(Tal la rutina de un hombre
que interpreta el papel de antihéroe
en una película berreta.)

Antes de entrar, saludo a mi vecino
–otro astro de Hollywood venido a menos–,
que también ha salido a sacar la basura.

Luego, hostigado por los perros del barrio,
pasa el camión recolector
y se lleva las sobras de otro día de mierda.




SHIRINVÂSI, LA PALABRA DE SURINAM


Surinam, la antigua Guayana Holandesa, está poblada por indostanos, criollos, cimarrones, javaneses, etcétera, que utilizan sus respectivas lenguas, además de la en su momento lengua oficial, el neerlandés; configurando un problema de identidad y de unidad que se suma a los conocidos males del subdesarrollo. Shirinvâsi (seudónimo de Martinus Haridat Lutchman), nacido en 1926 en el distrito de Commewijne, algunos kilómetros al este de la capital, Paramaribo, tiene como uno de sus asuntos principales esa problemática.
Junto con Trefossa (1916-1975) y Michael Slory (1935) es considerado uno de los más grandes líricos de Surinam.
El poema que presentamos corresponde a Sangam, su último libro, aparecido a principios de los '90. La traducción se debe a Fernando Fantín (Rosario, 1979). Cursó estudios de historia, y ha publicado cuentos y poemas en diversas revistas de la ciudad y el extranjero. De su residencia de varios años en Holanda proviene el conocimiento de la poesía de Shrinvâsi.




LENGUA MATERNA

Las diversas corrientes
buscan un camino,
¿hacia adónde?

La selva de la imaginación
se extiende
sobre sus orillas.

En días sofocantes
suben hacia el sol
mientras su idioma muere
y crece,
con fuerza inusitada,
por las lluvias nuevas.

Los cauces
deben romperse,
las montañas y las colinas,
bajo el martillo de nuestro tiempo,
deben forjar
una nueva boca.

Tras años, las corrientes
fluirán unidas,
sobre los límites del siglo,
en una flamante marea,
con el ritmo
de su joven naturaleza

Entonces,
un niño
cantará en el corazón de mi País:
elevará,
entre campos danzantes,
un nuevo himno de alabanza,
y la amalgama
de la lengua materna
comprenderá a todos.

Entre el Marowijne
y el Corantijn,
el mar
y la selva .


SURINAM

Este país
he escogido:
plantar aquí
en el ciclo de
los días y las noches
mi vida,
junto al mar hambriento
que la playa
de mi corazón
devora
y despedaza
en momentos precisos,
pero forma,
en un gesto de piedad,
entre las raíces de la desesperación,
la costa
para las generaciones futuras.






ANDRÉS NEUMAN



Andrés Neuman nació en el porteño barrio de Monserrat en 1977. A sus catorce años sus padres, músicos, se trasladaron a vivir a Granada, España, donde reside desde entonces. Allí se recibió de profesor de literatura hispanoamericana. Ha publicado las novelas Bariloche, La Vida en las Ventanas y Una Vez Argentina, y los libros de relatos El Que Espera, El Ultimo Minuto y Alumbramiento.
Década reúne sus poemas publicados hasta la fecha. Visitó dos veces Rosario en 2004; la primera para el “Encuentro de dos orillas”, realizado entre poetas rosarinos y granadinos, en septiembre; y la segunda vez, para el Festival Internacional de Poesía de ese año.








BÉSAME, PLATÓN

Así es la cosa. A mi mujer le hablan de Platón y se pone aristotélica. No sé cómo, no sé por qué. En cuanto escucha una palabra sobre la reminiscencia, el mundo inteligible o la teoría de las formas, ella se ruboriza, se le nublan los ojos, deja escapar un gemido, y se pone a imaginar espaldas anchas y nalgas musculosas.
Yo intento, como es lógico, detenerla. Pero es inútil. Una furia empirista la posee por completo, y lo único que le interesa es el paso de la potencia al acto. Pensar nunca es indecente, me consuelo. Aunque admito que me desconcierta tanto empeño en la física, cuando lo que verdaderamente importa es la metafísica. Cada noche es lo mismo. En serio. Nunca falla. Yo digo por ejemplo: «caverna». O «sol». O «riendas». Y ella, enseguida, loca. Desparramada en la cama. Quitándose la ropa. Gritando sin decoro: ¡Bésame, Platón!
Yo, a mi edad, soy poco impresionable. Cosas peores he visto. Además, no lo niego, el comportamiento de mi mujer tiene sus ventajas. Digamos que antes, y perdonen el juego de palabras, nos costaba acostarnos. Desde que descubrí lo de Platón, mano de santo. Lo que pasa es que el deseo, el caballo de su deseo, se le desboca a todas horas, en todas partes, tenga uno ganas o no. Sospecho que mi mujer confunde el apetito con el banquete. En fin. Mis amigos se ríen, celebran nuestro problema, incluso nos felicitan. Yo, qué quieren que les diga, dudo. En el fondo estas perversiones me turban. Siempre he sido un poco kantiano, y pienso que hay cosas que no deberían hacerse.